Los últimos sucesos acontecidos a nivel internacional, han expuesto de una terrible forma, la deriva actual del movimiento activista/hacktivista en todos los países del globo.
No solo se ha puesto sobre la mesa el nivel de desinformación, fanatismo y falta de olística para analizar sucesos, sino que determinadas cuentas con gran relevancia han tomado partido, en nombre de un movimiento, con una desafortunada parcialidad a la hora declarar sus intenciones a favor de banderas o países, una sospechosa llamada a la «ciberguerra» contra un país concreto.
Lo alarmante del asunto, es que atenta contra el movimiento en sí, alejando completamente de él a personas que antes se sentían parte. Ha iniciado una desbandada generalizada a nuevas formas autónomas ya no tan unificadas, creando enfrentamientos internos, división y confrontación entre lo que normalmente se consideraba una camaradería silenciosa.
Es en este tipo de situaciones es cuando hay que estar a la altura, cuando hay que ser cautos y contar hasta 10, antes de exponer cualquier tipo de opinión que pueda incluso destruir lo poco de autenticidad que queda del pasado.
Corren tiempos en los que hallar la verdad, o versiones lo más cercanamente posibles a ella, es una ardua tarea que requiere dedicación y tiempo, que el actual sistema ocupa a base de la imposición de largas y exhaustas jornadas de trabajo. Por ello, considero que es mejor reducir el material que se muestra al exterior, y que este sea de una calidad adecuada para ser mostrada al público como noticia, o como ventana de información sobre determinados sucesos. Que el hecho de informarse sea complicado, no es excusa para ser partícipes de la desinformación y de caer en los juegos de inteligencia/contrainteligencia creados desde las esferas de poder.
Es un buen momento para edificar nuevos proyectos, tejer un sistema de comunicación renovado y completamente purgado de falsos activistas/hacktivistas, que solo buscan aprovechar una identidad «anónima» conocida, para crear descontrol y confusión en nuevos miembros, así como desilusión en la vieja guardia.
La guardia siempre alta, los ojos siempre atentos y la lucha anarco-hacker hasta el último aliento.
-Anónimo-